La Justicia de Salta desestimó un recurso presentado por una diputada provincial en el que se buscaba imponer un “bozal legal” a un periodista provincial. En el fallo los magistrados sostienen que “la libertad de la prensa es la garantía de todas las demás”.
La Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Salta desestimó un recurso presentado por la diputada provincial Liliana Mazzone en el que buscaba ponerle un “bozal legal” a un periodista invocando ya que éste afectaba su “integridad moral”.
La diputada provincial argumentaba la necesidad del bozal sobre la base de que su actividad “requiere eliminar perturbaciones que podrían limitarla en su ejercicio. Que la perturbación puede ser grave en sus consecuencias”.
Según consta en la causa el periodista, Martín Grande, llevó a su programa a cuatro presuntos “acreedores” de la diputada. Según los dichos de la legisladores esto concurrieron allí con el objetivo de “difamarla” por lo que pidió el bozal legal.
“Lo que la actora pretende, no encuentra apoyatura legal, ni aún a la luz de los Tratados que invoca”, sostuvieron los jueces de la Cámara y citaron doctrina que sostiene que “la libertad de la prensa es la garantía de todas las demás y es la propia defensa de la persona colectiva del pueblo, y una fuerza real de las minorías, que por medio de ella hacen públicas las injusticias y abusos de poder de las mayorías y refrenan sus tentativas despóticas”.
“La verdadera esencia del derecho de prensa radica, fundamentalmente, en el reconocimiento de que todos los hombres gozan de la facultad de publicar sus ideas por medio de la prensa sin censura previa, esto es sin el previo contralor de la autoridad sobre lo que se va a decir”, agregaron citando al actual integrante de la Corte Suprema, Carlos Fayt.
. “No existe censura previa, pero sí responsabilidad ulterior”, puntualizaron los jueces y consignaron: “Lo que sí es preciso remarcar es que la prensa es el último, pero último refugio del ciudadano, frente a avances restrictivos, menoscabantes de su libertad, honra y honor. Es la piedra basal sobre la cual se construye un sistema democrático, sobre la cual descansa la República, más allá de posibles abusos que puedan llegar a cometerse –calificación que siempre será subjetiva-.”
“Todo ciudadano de una República tiene el derecho de manifestar lo que piensa y de contribuir con el tributo de su pensamiento a la felicidad común. Si las autoridades entre nosotros han restringido este derecho, han hecho mal y han faltado al primer deber de toda autoridad humana, que consiste en conceder al hombre lo que Dios mismo no le niega”, concluyeron citando la nota remitida por el Congreso General Constituyente al General Justo José de Urquiza.