El Gobierno nacional promulgó la Ley 27.350 que regula la investigación científica del uso medicinal y terapéutico de la planta de cannabis. El Ministerio de Salud deberá garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de marihuana al Conicet y al INTA.
El Poder Ejecutivo promulgó y publicó en el Boletín Oficial la Ley 27350 que establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, para "garantizar y promover el cuidado integral de la salud".
La normativa, sancionada por el Senado en marzo último, crea el “Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales”, en la órbita del Ministerio de Salud.
Dicho programa tiene por objetivo garantizar el acceso gratuito al aceite de cannabis y, además, promover el desarrollo de investigaciones científicas en relación a los fines terapéuticos y científicos de la planta y sus derivados.
La autoridad de aplicación tendrá la facultad de “realizar todas las acciones requeridas para garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios a efectos de llevar a cabo los estudios científicos y médicos”, y podrá “autorizar el cultivo de cannabis por parte del Conicet e INTA con fines de investigación, así como para elaborar la sustancia para el tratamiento que suministrará el programa”.
Asimismo, la ley establece que “la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) permitirá la importación de aceite de cannabis y sus derivados, cuando sea requerida por pacientes que presenten las patologías contempladas y cuenten con la indicación médica pertinente”. La provisión será gratuita para quienes se encuentren incorporados al programa a través de un registro nacional.
La iniciativa, aprobada con amplio consenso entre las fuerzas políticas, fue impulsada por las familias de pacientes con graves afecciones que son usuarios del aceite de cannabis, y por sectores de la comunidad médica y científica que defienden su uso terapéutico.