Una famosa marca de ropa deberá indemnizar a una empleada por el acoso laboral que le propició una supervisora a una empleada por ser extranjera. Un tribunal incluso probó que hubo violencia física y tuvo por acreditado “la persecución laboral que sufría la trabajadora por su condición de paraguaya”,
La Sala III de la Camara del Trabajo, integrada por los jueces Alejandro Perugini y Diana Cañal ratificó una sentencia que condenó a una marca de ropa por un despido discriminatorio y acoso laboral, ordenando resarcir a una empleada por daño moral.
De acuerdo a lo que surge de la causa “M.R.S. C/ Levi's s/ Despido” la accionante denunció que a poco de ingresar su supervisora “comenzó una campaña persecutoria en su contra, sin ninguna justificación”.
Entre los malos tratos recibidos, la trabajadora denunció que frente a clientes y compañeros de trabajo, la supervisora mencionada comenzó a referirse “en forma discriminatoria y despectiva por su condición de extranjera (nacionalidad paraguaya)”.
Según refirieron los testigos, la superior le le gritaba “paraguaya de m...”, “venis a sacarte el hambre a la Argentina”, “te vestís como una pu… paraguaya”, “ese maniquí está vestido como una pu… paraguaya”, “te voy a volver loca hasta que renuncies”, amén de “cuestionar cada actividad laboral que realizaba”.
Se probó que la actora sufría de acoso psicológico, ya que los testigos dieron cuenta de “la persecución laboral que sufría la trabajadora por su condición de paraguaya”, ya que su supervisora “siempre hacía alusión a su nacionalidad y se refería a ella con palabras soeces”.
La demandante aclaró en su presentación que efectuó los reclamos correspondientes pero en la oficina de personal “no dieron crédito” a sus denuncias “y nada hicieron para protegerla, dejándola indefensa y a merced del poder abusivo de una supervisora jerárquica”.
El maltrato incluso “llegó al extremo físico” ya que la mujer “fue zamarreada violentamente de los hombros, golpeándole los brazos que estaban cruzados, descruzándoselos de un golpe certero en el antebrazo, para luego zamarrearla con violencia de los hombros hacia atrás y hacia adelante”.
“De la prueba testimonial aportada por la accionante, quedó acreditado que sufrió acoso laboral y psicológico por parte de la supervisora, pues los testigos fueron contestes en describir el hostigamiento, insultos y malos tratos sufridos por la trabajadora, coincidente con lo denunciado en la demanda, además, agregaron que era una persona sumisa y que dejó de trabajar por un hecho violento”, resumieron los magistrados.
El Tribunal entonces consideró acreditado que la actora sufría de acoso psicológico, ya que los testigos dieron cuenta de “la persecución laboral que sufría la trabajadora por su condición de paraguaya”, ya que su supervisora “siempre hacía alusión a su nacionalidad y se refería a ella con palabras soeces”.