El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, y el ministro Horacio Rosatti brindaron reportajes a distintos medios en los que dieron definiciones de temas calientes. “Internas” en el Máximo Tribunal, pago de Ganancias para los magistrados, prisión preventiva y 2x1 en casos de Lesa Humanidad.
El “cambio” de gestión de la Corte Suprema el pasado octubre trajo una nueva dinámica al funcionamiento del Máximo Tribunal, uno de los ejes parece ser la comunicación. Este fin de semana, su presidente, Carlos Rosenkrantz, y el más “nuevo” de sus ministros, Horacio Rosatti, brindaron sendas entrevistas con medios de comunicación, y en donde ambos dieron definiciones sobre cuestiones que en un futuro no muy lejano deberán resolver en su rol de magistrados, tal como el pago de ganancias de los jueces.
Rosenkrantz brindó dos extensos reportajes a los diarios Clarín y La Nación, en dónde dio definiciones acerca de lo que él considera que es el rol de un juez, y un diagnóstico respecto del por qué de la reputación negativa que tiene el Poder Judicial.
Sobre el pago del impuesto a las ganancias por parte de los magistrados, Rosenkrantz dijo que la sociedad entiende que la exención de ese tributo “es un privilegio” pero de lo que se trata de resolver es cómo hacer para que los jueces paguen ganancias “sin que su sueldo de bolsillo se vea reducido”.
Ante La Nación, el actual presidente de la Corte admitió que el país “de algún modo perdió la fé en el derecho y en el Poder Judicial” y eso repercutía en la reputación de este último, aunque hizo hincapíé en que no era tan baja la reputación cuando los consultados eran los operadores del sistema. Por eso, diagnosticó Rosenkrantz, existe también un problema de comunicación. “Hay muchas cosas que podrían haber sido explicadas mejor”, confesó.
En ese sentido, se pronunció sobre el pago del impuesto a las ganancias por parte de los magistrados . Rosenkrantz dijo que la sociedad entiende que la exención de ese tributo “es un privilegio” pero de lo que se trata de resolver es cómo hacer para que los jueces paguen ganancias “sin que su sueldo de bolsillo se vea reducido”. En ese sentido, precisó: “La pregunta es cuál es el juez que usted quiere, cuál es el salario referente para determinar cuánto tiene que ganar; cuál es el mercado de referencia que tienen esos jueces;que es el mercado de la abogacía”
Rosenkrantz se mostró a favor de la Ley del Arrepentido. “Sino es difícil romper la solidaridad que esta en la base de cualquier organización criminal”, y planteó sus críticas al uso excesivo de la prisión preventiva. Para el titular de la Corte hay que resolver siempre con las constancias de la causa y que la prisión preventiva no debe ser nunca una forma “encubierta” de que el Estado castigue a quien está sometido a un proceso, incluso en caso de condenados por delitos de lesa humanidad, ya que la ley “no establece distinciones”, y debe ser aplicada “con principios neutrales”.
La resolución de causas “conforme a derecho” fue una definición constante de Rosenkrantz. En su primer discurso en el marco de la reunión del J 20 llamó a “respetar las reglas” y en el reportaje lo reafirmó. Sostuvo que cuando tuvo que fallar en el caso “Muiña” aplicando la ley del “2x1” a un condenado por delitos de lesa humanidad lo resolvió “mirando los hechos del caso y las normas aplicables” y que decidió el conflicto “in mirar a la tribuna”.
Ese fallo provocó una ola de indignación que le valió a los supremos Rosenkrantz, Rosatti y Elena Highton de Nolasco una multitudinaria convocatoria en repudio a su decisión y el pedido de juicio político, pero el presidente de la Corte no se arrepintió de lo resuelto, ya que reiteró que no juró como magistrado por sus emociones, sino “por la Constitución y las leyes”.
Rosatti, a su turno, brindó dos entrevistas, una a La Nación y otra a Página 12. En la primera aceptó que “hay cambios lógicos” con la nueva presidencia del Máximo Tribunal, ya que cada una “tiene su impronta”, aunque también destacó que lo importante “ es dictar sentencias, para eso nos pagan”. Rosatti varias veces remarcó la necesidad de tener “mayor celeridad” en la resolución de causas. “Estamos llegando casi al límite, en esta vocalía tenemos la decisión de no tener un expediente más de 90 días”.
A la hora de hablar sobre “internas” en la Corte, Rosatti reconoció que “no es amigo” de los demás ministros, que hay “disputas, disensos” en los acuerdos “casi siempre” y que “a veces trasciendan o no, es otro tema”. “debate hay siempre, pretender que eso sea una patología es no comprender cómo funciona un órgano colegiado”.
Preguntado sobre los cambios en las autoridades de la Corte y los “roces” que habrían existido en el acuerdo que determinó que Rosenkrantz sería el nuevo titular del tribunal, Rosatti admitió que dialogó con el presidente saliente y el entrante y les dio sus puntos de vista, además de poner de resalto que el cambio de presidencia “no quiere decir que todos cambien de voto”. “ Sería muy grave, atentatorio contra la seguridad jurídica”.
A la hora de hablar sobre “internas” en la Corte, Rosatti reconoció que “no es amigo” de los demás ministros, que hay “disputas, disensos” en los acuerdos “casi siempre” y que “a veces trasciendan o no, es otro tema”. “debate hay siempre, pretender que eso sea una patología es no comprender cómo funciona un órgano colegiado”.
En cuanto a cuestiones “institucionales” Rosatti dio varias definiciones, se mostró a favor del sistema acusatorio y de incluir al juicio por jurados en el ámbito federal y, al ser consultado sobre la obligación de los magistrados a tributar ganancias, recordó su conocido voto del año 2006, cuando era conjuez de la Corte, sobre la prevalencia de la ley sobre una acordada. No obstante, aclaró que no podía “adelantar opinión” sobre un caso que está por resolver la Corte, en referencia a al demanda de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN).
Respecto del juicio por jurados, en el reportaje a Página 12 Rosatti hizo una fuerte defensa de la institución: Primero, hay que cumplir con la Constitución. Estamos en el marco de decisiones sobre si una persona es culpable o inocente. Hay terrícolas como los ingleses, norteamaricanos, panameños, que lo aplican. Hay argentinos como los bonaerenses y rionegrinos que también”.
Además, apuntó: “Dicen que van a estar influenciados por la opinión pública ¿y quién dice que el juez no lo está? El juez sale de la sociedad. El jurado también. Sería una herramienta muy importante. De auténtica democratización”.
Al igual que Rosenkrantz, ante Página 12 Rosatti también brindó su diagnóstico respecto de la mala imagen que tiene el Poder Judicial. Entre sus causas se encuentra la lentidud y “una falta de ejemplaridad moral”. Además de que se lo ve “no modernizado en la tecnología”.