La Cámara del Trabajo ratificó una condena contra una empresa por mobbing. Fue tras acreditar que un empleado era hostigado por el administrador de la firma. “Es notable la agresión psicológica direccionada a provocar malestar a la persona del trabajador”, apuntaron los jueces..
La Sala VII de la Cámara del Trabajo confirmó en autos “C.M.G. C/ F.C. S.A. S/ Despido “ una sentencia que condenó a resarcir a un trabajador por el despido indirecto y el daño moral, provocado por sufrir acoso laboral por parte de un superior jerárquico.
El fallo, suscripto por los camaristas María Dora González y Victor Pesino, respalda el criterio del juez de primera instancia, que tuvo por acreditado que el trabajador había “cumplido su labor en un ambiente hostil, por el hostigamiento y maltratos, del empleador quien se manifestaba en forma violenta, agresiva y abusiva”.
“Esos elementos se sumaba el dictamen del perito psicológico, que daba cuenta del estado psíquico del actor al momento de los hechos, donde se observaban descripciones que denotaban “el maltrato laboral sistematizado”.
Según detalla la sentencia, los testigos del caso declararon que el administrador de la firma “era en si agresivo con todos, por su forma de ser”, que “era muy arrogante y agresivo con la gente, si no se terminaba algo te insultaba, hablaba a los gritos y los amenazaba con echarlos”, mientras que otros vieron al superior “insultándole o dirigiéndose de una forma enojada al actor en varia ocasiones”.
A esos elementos se sumaba el dictamen del perito psicológico, que daba cuenta del estado psíquico del actor al momento de los hechos, donde se observaban descripciones que denotaban “el maltrato laboral sistematizado”.
“Es sistematizado –lo cual discute la accionada- porque era la forma habitual del trato del Jefe al actor. Es notable la agresión psicológica direccionada a provocar malestar a la persona del trabajador. De allí que los propios testigos –que se pretende impugnar- relatan que era común para los demás empleados, semejantes maltratos”, advirtieron los jueces de la Cámara del Trabajo.