Una sentencia judicial determinó que el dueño del perro que mató a ovejas y gallinas en una zona rural deberá pagar por el daño.
El hecho ocurrió en una zona rural de Viedma, provincia de Río Negro, donde un perro atacó en diversas ocasiones a ovejas, gallinas y otros animales y, luego de varias denuncias, el dueño del can deberá hacerse cargo del daño económico.
Las chacras del dueño del perro y del propietario de las ovejas están pegadas y, según detalló el demandante, sembró avena, compró ovejas, un carnero, gallinas gallos, y comenzó a criar pollos como parte de un emprendimiento agropecuario. Agregó que el canino atacó en diferentes oportunidades a sus animales, ocasionándole la muerte a 10 de ellas y dejando gravemente heridas a cuatro.
El fallo sostiene que está “probado que las ovejas han sido lastimadas por la mordedura de un can, ocasionando la muerte inmediata o posterior por las heridas y desgarros, según las declaraciones testimoniales en esta sede y en la penal, que resultan concordantes también por lo analizado por el Perito veterinario”.
El denunciante también manifestó que atacó a una perra, que murió cuatro días después a pesar de la atención veterinaria inmediata. La misma era parte de la familia desde hacía más de 10 años.
Los ataques se sucedieron frecuentemente y sin solución, por lo que el dueño de las ovejas efectuó denuncias penales, y obtuvo una medida cautelar. Aún así, debió radicar otra denuncia porque el perro del demandado entró en su propiedad y mató a tres gallinas.
El fallo sostiene que está “probado que las ovejas han sido lastimadas por la mordedura de un can, ocasionando la muerte inmediata o posterior por las heridas y desgarros, según las declaraciones testimoniales en esta sede y en la penal, que resultan concordantes también por lo analizado por el Perito veterinario”.
“El daño causado a las ovejas debe ser asumido por demandado quien es el dueño del perro, frente a su responsabilidad de cuidado definida en el Código Civil y Comercial de forma objetiva”, detalló la magistrada.
De esta manera, resolvió hacer lugar a la demanda interpuesta y ordenó al dueño del perro a abonar un resarcimiento por pérdida de chance y por daño moral, daño emergente, lucro cesante e intereses.