La Cámara Civil confirmó que un adolescente deberá comenzar un tratamiento psicológico de forma previa a la revinculación con su padre. El menor se negó a retomar el vínculo pero, según los informes psicológicos, estáría “manipulado” por su madre.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó que un adolescente deberá comenzar un tratamiento psicológico de forma previa a la revinculación con su padre.
El menor, de 16 años, se negó a retomar el vínculo con su progenitor durante una audiencia. En este sentido, la Sala J consideró que “si bien la opinión de aquél es sumamente relevante, es obligatorio analizarla” considerando su “madurez, discernimiento y autonomía”.
En el caso, los especialistas advirtieron que el adolescente está “manipulado” por su madre, lo “deja sin posibilidades de autonomía y de pensamiento autónomo”, y que esta situación “hace que lo que verbalice no sea realmente auténtico”.
“El temor psíquico del abandono de su madre, hace que frecuentemente exprese sus ideas con el objetivo de identificarse y agraciarse con ella”, advirtió el informe psicológico y añadió: “Se encuentra atrapado en un gravísimo conflicto entre sus padres, que se ha perpetuado en el tiempo, siendo el niño el rehén de la disputa”.
Informaron, asimismo, que el menor “queda aferrado en el vínculo patológico con su madre, presentando un cuadro de 'implante de memoria'”, es decir, “recuerdos de supuestos eventos que son creados de manera voluntaria por alguien que no es la persona que los evoca, como todos los adolescentes, presenta un psiquismo en formación y esta situación especial con su madre lo coloca en una posición de vulnerabilidad y de dependencia extrema y por lo tanto no puede oponerse a las veladas órdenes de su madre”.
Así, el informe concluyó que el menor “está colonizado por las ideas y actitudes de su madre y no le permite tener un pensamiento autónomo y propio”.
Los jueces Beatriz Alicia Veron, Gabriela Mariel Scolarici y Maximiliano Luis Caia destacaron que “el hecho de que el joven sea escuchado y sea tenida en cuenta su opinión, no significa que se deba decidir en coincidencia con él, pues no se le confiere la intervención como juez o árbitro, sino como sujeto de derecho interesado en participar en procesos judiciales que afectan algún aspecto de su vida”.
De este modo, los camaristas advirtieron la “importancia del vínculo paterno filial para la mejor formación del menor” y así concluyeron que la solución adoptada “aparece como razonable y la que mejor preserva efectivamente el interés superior del joven”.
Para los magistrados, “la voluntad expresada por el joven menor de edad, aunque posea grado de madurez suficiente, debe ser evaluada y tenida en cuenta por el juez en la medida en que no resulte perjudicial para su propio interés que es el que cabe resguardar y hacer prevalecer, al margen del derecho invocado por los mayores”.
De este modo, los camaristas advirtieron la “importancia del vínculo paterno filial para la mejor formación del menor” y así concluyeron que la solución adoptada “aparece como razonable y la que mejor preserva efectivamente el interés superior del joven”.