A principios del año pasado, desde este medio informábamos de la detención de la primera persona acusada de cometer delitos en el metaverso.
En ese caso, se trataba de un sujeto de 18 años en España, al cual la policía de delitos tecnológicos de Zaragoza lo había detenido por supuesto autor de múltiples delitos de corrupción de menores, tenencia y distribución de pornografía infantil y explotación sexual de menores a través de internet, luego de que una niña de 11 años a través de sus padres denunciara que mediante engaños el acusado la indujo a remitir fotografías y videos de carácter sexual explícito a través de la aplicación que conectaba personas en el metaverso.
El caso no fue el único puesto que este nuevo “mundo virtual” abrió las puertas a todo tipo de interacciones que en algunos casos derivaron en accionares contrarios a la ley, como también comentamos en otro caso aunque menos grave, sobre violación de marcas.
El auge efímero de los metaversos pateó el tablero en materia penal y puso a la doctrina a trabajar en como resolver este tipo de conflictos y en muchos casos entender si efectivamente se producían los tipos penales tipificados.
Una menor de 16 años denunció que fue atacada en un video juego de realidad virtual, mediante el cual un grupo de usuarios dentro del juego la “violaran” en grupo, afectándola desde lo psicológico y emocional, pese a que desde lo físico no hubo punto de contacto por “realizarse” mediante del metaverso
El mayor punto de discusión ocurrió a principios de 2022 cuando una mujer denunció que había sido víctima de violencia sexual por parte de otros avatares dentro del metaverso, donde otros usuarios en el mundo virtual la acosaron versalmente y la “violaron virtualmente” en grupo, lo que para la mujer fue una experiencia totalmente traumática a pesar de encontrarse físicamente en puntos geográficos distintos, ya que la idea de esta tecnología es justamente tratar de lograr la inmersión del usuario en el espacio con el que interactúa a través de sus gafas de realidad virtual.
Las autoridades británicas informaron que investigarían el hecho, siendo la primer denuncia de este tipo en Gran Bretaña, donde se debate la ofensa sexual virtual y que ya reclaman una legislación acorde a las nuevas tecnologías.
Si bien este tipo de experiencias que desde lo psicológico pueden ser muy traumáticas, y civilmente podrían generar daños, desde el derecho penal aún se debate si efectivamente configura un delito y en su caso cual.
Pues bien, finalizando el 2023, y ya con un metaverso que pierde popularidad, una nueva denuncia de este tipo reavivó la discusión luego de que la policía de Gran Bretaña informara según reportó el Daily Mail que una menor de 16 años denunció que fue atacada en un video juego de realidad virtual, mediante el cual un grupo de usuarios dentro del juego la “violaran” en grupo, afectándola desde lo psicológico y emocional, pese a que desde lo físico no hubo punto de contacto por “realizarse” mediante del metaverso.
Las autoridades británicas informaron que investigarían el hecho, siendo la primer denuncia de este tipo en Gran Bretaña, donde se debate la ofensa sexual virtual y que ya reclaman una legislación acorde a las nuevas tecnologías.