Un inédito fallo de un tribunal español condenó a seis meses de prisión a tres personas que grabaron un video donde tildaron de “golfas y guarras” a las manifestantes feministas del 8M.
El Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla condenó a seis meses de cárcel y una multa de 1.080 euros a tres hombres que tildaron de “golfas y guarras que no trabajan” a las mujeres que se manifestaron el 8 de marzo de 2018 en la marcha feminista de la capital andaluza.
En la grabación, los condenados simulaban ser presentadores de televisión y decían: “Aquí, desde la televisión pirindola, pasando una jartá de frío en la Plaza Nueva con todas estas guarras que no trabajan. Véanlas, todas”, mientras otro agregaba :“Lo que hay que hacer es fregar más. Son unas golfas”.
En principio, el video fue compartido en un grupo privado de WhatsApp con 18 participantes, pero finalmente un usuario lo subió a Twitter y allí la grabación se hizo viral hasta superar las 228.000 visualizaciones, lo que motivó a la Fiscalía a actuar de oficio.
La jueza explicó que el artículo 510 del Código Penal español especifica que “serán castigados con la pena de seis meses a dos años y multa de seis a doce meses para quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito por motivos referentes entre otros, a su ideología, su sexo o razones de género”.
Asimismo, la ley establece un castigo para los que "difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes”, que afecta al tercer hombre condenado por grabar el vídeo.
La magistrada dictó sentencia in voce y acordó la suspensión de la pena durante dos años, rebajando lo solicitado por la Fiscalia que propuso una condena de 10 meses de cárcel y 3.000 euros de multa.
El Ministerio Público aplicó a los tres acusados el atenuante de confesión en una investigación de la titular del Juzgado de Instrucción 11 de Sevilla, que acordó abrir juicio oral contra los dos protagonistas del vídeo y el amigo que los grabó, que no aparece en las imágenes difundidas en las redes sociales.
En principio, el video fue compartido en un grupo privado de WhatsApp con 18 participantes, pero finalmente un usuario lo subió a Twitter y allí la grabación se hizo viral hasta superar las 228.000 visualizaciones, lo que motivó a la Fiscalía a actuar de oficio.