Bruzzone, quien hace dos años tuvo a su cargo la elaboración de un informe que despertó el interés de distintos sectores de la Justicia (tal como en su momento lo informara Diariojudicial.com) consideró “inconcebible que se les siga permitiendo a las editoriales jurídicas imponer cuál es el producto que se desea adquirir y que deba ser comprado como un paquete ya establecido de venta”.
“Máxime cuando generalmente no pagan derecho de autor y el material que utilizan proviene del propio cliente: básicamente fallos provocados o pronunciado por los órganos de administración de Justicia”, enfatizó.
Al respecto, estimó que “en realidad al Poder Judicial y al Ministerio Público Fiscal y a la Defensoría General les tendrían que regalar esas publicaciones porque se hacen con el trabajo nuestro de todos los días” a la vez que propuso “sentarse a negociar qué es necesario para nuestro trabajo y qué no, para que se nos provea de un producto adecuado, y se fije un precio acorde con el aporte que realizamos y que no represente solo ganancia para las editoriales”.
Bruzzone elevó esta y otras consideraciones al Procurador General Nicolás Becerra, luego de recibir un informe de parte del Director General administrativo de la Procuración, Héctor Zurita, en el cual le notifica la contratación efectuada con distintas editoriales para el corriente año y que “de acuerdo a lo resuelto por la Superioridad el criterio aplicado fue el de restringir las adquisiciones, debiendo optarse en cada edificio por solo una de las colecciones solicitadas”.
Zurita también le informó que para los fiscales que se desempeñan en Comodoro Py se adquirió solamente una colección de la editorial La Ley, asignándose la custodia de la misma a la fiscalía general a cargo de Germán Moldes.
En ese sentido, el representante del Ministerio Público detalló que en el edificio de Retiro funciona la biblioteca de la Cámara Federal en el segundo piso, que es de fácil acceso para la consulta del material, mientras que la otra, que se encuentra a “cuarenta pasos”, cuenta con una gran cantidad de material sin clasificar.
“Hay dos bibliotecas que impiden concentrar los esfuerzos para conformar una de mejor calidad”, advirtió, a la vez que subrayó que “frente a los recortes de gastos y los esfuerzos que debemos efectuar en la administración pública, ello constituye un dispendio de gastos.
Abunda luego al sostener que “una y otra dependencia se encuentran ubicadas en el mismo piso” y los espacios físicos de las mismas “están separados solo por una pared”.
Por último puso de manifiesto que según le revelaron en una de las bibliotecas, fueron varios los fiscales que solicitaron les dejen de enviar publicaciones que no son de su interés y, a modo de anécdota, hizo referencia a que “del basurero” de la de la Fiscalía Federal se retiraron ejemplares del Periódico Económico Tributario, entre otras publicaciones, cuya utilidad puso en serias dudas.