En ese sentido, Milosevic consideró al proceso como "un ataque malvado y hostil destinado a justificar los crímenes que se cometieron contra Yugoslavia", en el marco de una audiencia de procedimiento que se realizó ante el tribunal de las Naciones Unidas.
Además, manifestó que el juicio es un intento sin precedentes para que “una víctima se convierta en culpable”· y recalcó que "sería lógico" que lo dejen en libertad ya que se trata de "una batalla de la cual escapará".
Desde que el ejército serbio lo entregó en junio pasado, el ex gobernante se negó a reconocer la autoridad del tribunal de La Haya e insistió en llevar a cabo su propia defensa.
A dos semanas para el juicio de crímenes de guerra, cinco jueces de la corte de apelaciones, los fiscales, el ex líder yugoslavo y los abogados internacionales nombrados por el tribunal se reunieron para discutir la modalidad del proceso.
La corte de apelaciones deberá decidir sobre el fallo del mes pasado de un tribunal menor de dividir en dos juicios los procedimientos contra Milosevic, acusado de atrocidades en Croacia, Bosnia y Kosovo, durante la década del noventa.
Los fiscales dicen que el ex mandatario debe enfrentar sólo un juicio porque su papel en los tres conflictos, incluyendo lo que llegó a conocerse como "limpieza étnica", fue parte de una "empresa criminal" para crear una "Gran Serbia".
El tribunal falló el mes pasado que los fiscales no lograron vincular claramente las tres acusaciones contra Milosevic, y manifestó que un sólo juicio podría resultar imposible de manejar.
Milosevic irá a juicio ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia el 12 de febrero por crímenes contra la humanidad cometidos en Kosovo en 1999. Un segundo juicio por crímenes de guerra en 1991, en Croacia, y genocidio en 1992/95, en Bosnia, se llevaría a cabo posteriormente.