Un recurso de revocatoria in extremis interpuesto contra una sentencia que confirmó una condena en dólares por “daños al inmueble” y “los ahorros en moneda extranjera” que podían ser cancelados a la cotización “oficial” de la divisa, cuestionó el tipo de cambio aplicable.
Para los recurrentes, el tribunal incurría en un error involuntario al reconocer las indemnizaciones en dólares pero disponer que fueran convertidas a moneda de curso legal a tipo de cambio oficial, cuando existía una diferencia entre ese tipo de cambio y el informal u otras cotizaciones que algunas veces superaba el 100% de diferencia, lo que tornaba insuficiente la indemnización otorgada.
Por esa razón, peticionó que se ajuste la sentencia para que se abone en la moneda extranjera o en caso de conversión que sea a otro tipo de cambio cuya cotización se acerque más al monto reconocido.
No había contradicciones, ni errores esenciales en la sentencia que permitan reexaminar lo decidido, dado que si bien el tribunal no ignoraba la brecha existente en las distintas cotizaciones del dólar estadounidense, los accionantes no requirieron (ni en los alegatos ni en la expresión de agravios) la aplicación de un tipo de cambio más beneficioso en caso de prosperar el reclamo, por lo que el recurso debía ser desestimado, ya que el mismo respondía a un disenso con lo decidido y no a errores esenciales
Fue en el caso “G. V. M. y otros c/ Edenor S.A. y otros s/ Responsabilidad por daños”, que llegó a conocimiento de la Sala II de la Cámara Civil y Comercial Federal, donde los magistrados Eduardo Daniel Gottardi y Alfredo Silverio Gusman entendieron que ese tipo de recurso (revocatoria in extremis) se utilizaba como “última vía para impedir injusticias notorias antes supuestos excepcionales y mediando un evidente error de hecho”, sin que signifique un reexamen del acierto o error de los fundamentos que sustentan el fallo recurrido o para introducir nuevos argumentos.
En tal sentido, coincidieron en que “si no se acredita un grosero, esencial e irreparable error, no procede este remedio excepcional y de aplicación restringida”.
En el caso, el planteo era inadmisible, ya que no había contradicciones, ni errores esenciales en la sentencia que permitan reexaminar lo decidido, dado que si bien el tribunal no ignoraba la brecha existente en las distintas cotizaciones del dólar estadounidense, los accionantes no requirieron (ni en los alegatos ni en la expresión de agravios) la aplicación de un tipo de cambio más beneficioso en caso de prosperar el reclamo, por lo que el recurso debía ser desestimado, ya que el mismo respondía a un disenso con lo decidido y no a errores esenciales.