Doce organizaciones comunitarias barriales finalizaron la semana pasada la realización de un censo en toda la Villa 21-24 de Barracas. Ahora, los vecinos del lugar están en condiciones de elegir, por primera vez, a sus representantes barriales en los comicios que se llevarán a cabo el próximo 16 de diciembre.
Así, se va cumpliendo con lo dispuesto por el juez porteño Roberto Gallardo, que en septiembre pasado ordenó la realización del censo y convocó a elecciones en la villa. En la misma oportunidad decretó la intervención de la mutual Flor de Ceibo e instó al Gobierno de la Ciudad a concretar las obras de urbanización pendientes desde hace quince años y pidió que se abstenga de cualquier acción de desalojo contra los habitantes de la zona.
En el fallo, Gallardo señaló que “los vecinos que habitan la villa 21/24 carecen de una representación política democrática y suficiente”. Situación corroborada por la “inexistencia de una junta vecinal vigente, por la parcial e irregular integración de los miembros de la mutual que en teoría viabilizaría la autogestión de los terrenos y viviendas del emplazamiento y por los continuos y vehementes pedidos de los vecinos para que se regularice la situación política interna”.
El censo reveló que en la zona viven más de 5500 familias y tomó nota de las principales necesidades postergadas del barrio según sus propios habitantes. En tanto que desde las distintas organizaciones barriales que participaron del mismo remarcaron que esto es “una clara victoria de los vecinos” y “un fuerte primer paso para su organización libre y autónoma”.
Además, del fallo surge que los vecinos de la villa 21-24 no cuentan con servicios sanitarios adecuados y la ejecución del plan de urbanización acorde que garantice a los habitante el derecho a una vivienda digna.
En ese sentido, desde el Ministerio Público Tutelar indicaron que “la situación resulta altamente preocupante”, sobre todo porque en la villa “habría una intermediación en la función administrativa en la ejecución de tareas sociales (programa alimentarios, entrega de materiales, etc.) a través de “Asociación Mutual Flor de Ceibo”, sin control alguno por parte de la autoridad administrativa; lo que sin dudas puede suponer decisiones discrecionales y arbitrarias relativas a la limpieza, provisión de materiales, y acceso a los programas sociales”.
Por eso, al respecto, Gallardo solicitó al GCBA que informe sobre la totalidad de los fondos que fueran girados a la Mutual “Flor de Ceibo” cualquiera fuere su modalidad, cantidad u objeto, desde el año 1992 hasta la fecha.
“Con el devenir de la causa, ha quedado además prima facie acreditada, la vinculación existente entre las carencias representativas del barrio y el fracaso de la gestión administrativa de construcción de viviendas y adjudicación de terrenos”, dijo Gallardo. Mientras que agregó que “este aspecto de por sí, torna además de constitucionalmente disfuncional, en peligroso, el sostenimiento de una situación de burocratización de las estructuras representativas y de inexistencia de participación vecinal en las mismas”.
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