Los integrantes de la Sala de Acusar de la legislatura chubutense determinaron, por mayoría, que Alejandro Panizzi seguirá integrando el Máximo Tribunal provincial. Ayer habían sido escuchadas las últimas palabras en su defensa.
La escena judicial chubutense estaba colmada de cruces: este martes, el gobernador provincial, Martín Buzzi, declaró que se estaba “asistiendo a un escándalo bochornoso”. El juicio político a Alejandro Panizzi despertó todo tipo de suspicacias y generó un conflicto entre los jueces del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que ahora deberá buscar un nuevo canal de solución.
Esto es así debido a que la Sala de Acusar de la legislatura de Chubut no consiguió la cantidad de votos necesaria (nueve) para destituir al magistrado denunciado por sus pares, por lo que no solo no se realizarán las modificaciones que se manejaban, como por ejemplo no integrar a un nuevo juez y desdoblar las salas, sino que Panizzi continuará ejerciendo su cargo con normalidad.
En su defensa final, el letrado que fue asignado para el integrante del STJ denunciado hizo algunos señalamientos en relación a las acusaciones que fueron hechas en contra de su cliente y donde se le imputaba una conducta violenta.
“Yo pregunto, cuánto de racionalidad hay si uno pide la custodia personal porque tuvo un problema donde no llegó al contacto físico, porque se refirió como un pechón, es decir se tocaron en el pecho, en el año 2006, y tengo que referir porque no es posible obviarlo, que el doctor Royer dijo que llegó a la puerta y llamó a la Policía, y tenemos que pensar que lo hizo de modo estentóreo”, afirmó el abogado Alfredo Pérez Galimberti.
La denuncia realizada por sus compañeros del Máximo Tribunal provincial indicaba que Panizzi no había “conservado la aptitud y buena conducta que prevé el artículo 165 primera parte de la Constitución Provincial, y encontrarse incurso en falta de cumplimiento de los deberes a su cargo”.
Pero hubo muchas críticas en relación al armado del juicio político enumeradas por Pérez Galimberti. En principio, destacó que es inaudito que se acepte con ligereza el hecho de que los jueces que fueron demandantes se desempeñen como testigos.
“Si ustedes hicieran caso a la acusación y prescindieran de toda consideración personal, entonces tenemos que decir que la política no tiene consideraciones racionales. Este es un juicio racional, donde debe probarse si un hombre cometió un hecho, o no cometió, luego si se tiene el hecho por probado, pueden valorarlo libremente porque no funciona el principio de legalidad. Si ustedes tuvieran por probado libremente que el doctor Panizzi golpeó a 3 ó 4 personas, ustedes pueden decir entonces que hay un mal desempeño. Como decíamos al principio, no hay manera de probar todas las conductas en un códice”, explicó el letrado.
Ana María Barroso, Raquel Di Perna y Jerónimo García (Modelo Chubut); Alejandra Johnson Táccari, Adolfo Mariñanco y Anselmo Montes (FpV); José Karamarko (PJ) y Oscar Petersen (Polo Social), votaron en contra de la destitución. En tanto Mónica Gallego, Héctor Trotta, Exequiel Villagra y Elva Willhuber (FpV), y Carlos Gómez (PJ) se manifestaron a favor.