En un caso de prescripción adquisitiva larga, la Cámara Segunda de Apelaciones en lo Civil y Comercial de La Plata desestimó el pedido de la parte actora reconvenida para replantear una prueba confesional que no se había producido en primera instancia por considerarse superflua.
La causa, caratulada “R. R. B. c/ Herederos de S. G. M. s/ Prescripción Adquisitiva Larga”, llegó a la alzada tras la solicitud del actor reconvenido, quien expresó agravios por la decisión de la primera instancia de no admitir la prueba. Sin embargo, los jueces Andrés A. Soto y Laura M. Larumbe recordaron que “el derecho al replanteo de prueba en segunda instancia es excepcional” y que las normas procesales limitan esta posibilidad a situaciones muy específicas.
La jueza de primera instancia había fundamentado que la prueba no aportaría elementos relevantes para resolver la cuestión de fondo. Además, los camaristas señalaron que la prueba confesional había sido ofrecida originalmente por los demandados reconvinientes, mientras que el actor solo habría padecido los efectos negativos de dicha prueba en caso de ser admitida.
“El ahora recurrente no era el oferente, sino quien padecería los efectos disvaliosos de la producción probatoria que persigue, por lo que el replanteo no tendrá favorable recepción”
“El ahora recurrente no era el oferente, sino quien padecería los efectos disvaliosos de la producción probatoria que persigue, por lo que el replanteo no tendrá favorable recepción”, afirmaron los magistrados. También recordaron que la confesional tiene como objetivo obtener la admisión de hechos desfavorables al confesante y favorables al oferente, lo que en este caso no aplicaba al solicitante del replanteo.
Asimismo, explicaron que las excepciones para admitir el replanteo incluyen situaciones como la negativa injustificada a proveer las pruebas en primera instancia, negligencias decretadas fuera de término o una caducidad mal declarada. Ninguna de estas circunstancias estaba presente en el caso.
En su decisión final, los jueces enfatizaron que “la apelabilidad depende exclusivamente del monto comprometido en el recurso de cada litigante, utilizando para ambas partes el mismo criterio de apreciación”. De esta manera, concluyeron que la solicitud de replanteo carecía de fundamentos válidos y rechazaron el pedido.