Después de tres horas de declaración, el hombre que está en el centro de todas las miradas habló con los periodistas que esperaban en el pasillo y aclaró que llegó al juzgado porque “había algunas preguntas que no habían quedado claras” aseguró, y enseguida añadió que la semana pasada “el juez (Norberto) Oyarbide estaba muy nervioso por la duración de la audiencia”.
Así, Pontaquarto contestó “preguntas pendientes” de la querella y la fiscalía, a cargo de Eduardo Freiler y Federico Delgado. Además, reveló el nombre de un “intermediario” que lo habría vinculado al empleado del Senado Martín Fraga Mancini y que estaría al tanto del pago de coimas.
Fuentes judiciales confirmaron que los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado solicitaron durante la audiencia la inmediata declaración de ese personaje, de quien Pontaquarto no reveló el nombre ante la prensa por “el secreto de sumario”.
Lo cierto es que en fuentes del caso se recordó que la filtración del nombre de Fraga Mancini provocó que éste llegara a declarar luego de varios días en los que, se presume, pudo haber recibido presiones para atacar la versión del “arrepentido”.
Por eso, no se descartaba en fuentes judiciales que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral ordene la declaración testimonial del anónimo personaje para las próximas horas, tal vez el lunes temprano, indicaron los informantes.
Además, en otro tramo de su declaración Pontaquarto ratificó nuevamente que se reunió con el ex presidente Fernando de la Rúa y el entonces presidente provisional del Senado José Genoud en la Casa Rosada donde –siempre según su versión- se habría coordinado el pago de sobornos.
Sin embargo, durante toda la semana De la Rúa rompió el silencio de los últimos dos años para desmentir a su correligionario, asegurando incluso que no lo conocía. Sin embargo, hoy Pontaquarto, para acreditar la “relación de confianza” que mantenía con el ex presidente, prometió aportar al juzgado “pruebaFotográfica” y “documentación”.
En la indagatoria de hoy, se le exhibió al arrepentido un video de la casa del ex senador Emilio Cantarero, donde Pontaquarto reconoció un sillón y una mesa que habría usado para depositar el maletín, la caja y la valija que se usó para transportar –siempre según la versión del ex secretario del Senado- los 4.300.000 pesos para los legisladores justicialistas.
Luego de declaración, Pontaquarto acompañó a una comisión policial hasta el departamento que alquilaba el ex senador, en el barrio porteño de Recoleta, pero no pudieron ingresar en busca de los muebles porque en el lugar viven “diplomáticos japoneses con imunidad”, indicaron fuentes de la pesquisa.
Protección institucional
Un dato nuevo que agregó Pontaquarto en su declaración de hoy es la descripción de una suerte de “protección institucional” que se brindó al pago de sobornos una vez que estalló el escándalo, promovido por el entonces vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez.
El arrepentido mencionó como parte de ese andamiaje al último jefe de la SIDE de De la Rúa, Carlos Becerra, quien se habría ocupado de “continuar la gestión” para conseguirle a Pontaquarto un puesto en la Delegación de la SIDE en París presuntamente a cambio de su silencio.
Por otro lado, el ex secretario denunció dos llamados telefónicos que mantuvo hace pocos días antes de confesar: uno con el ex senador Ricardo Branda y otro con la secretaria del ex ministro del Interior de Raúl Alfonsín, Enrique “Coti” Nosiglia.
Pontaquarto confesó que grabó la conversación con Branda y allí se escucha al ex senador interrogarlo sobre si “sabía algo” de una publicación periodística en la que se aludía a la existencia de un supuesto arrepentido pero –todavía- sin revelar su identidad.
También, aseguró que la semana pasada una secretaría de Nosiglia lo llamó para concretar una reunión “con Fernando en Pilar”. “Si voy no me arrepiento", sentenció el ex secretario quien dijo que en lugar de asistir a la cita decidió enviarle una carta a Nosiglia -cuya copia prometió entregar al juez- en la que le contaba la ex funcionario su decisión de confesar.
Llamadas al celular
Además trascendió que el juzgado rastreará una serie de llamadas que la noche del 26 de abril de 2000 recibió Pontaquarto en su celular y que provendrían del conmutador del Senado. Con esto se buscaría tratar de probar los propios dichos del ex secretario, quien la semana pasada dijo y hoy ratificó que luego que la Ley de Reforma Laboral fue aprobada “eran reiteradas los llamados” a su celular que le hacían “(el ex senador Remo) Contanzo y Cantarero" por su demora en llevar el dinero al departamento de éste último.
Por otro lado Pontaquarto primero y el mismo juez Canicoba Corral confirmaron que se le otorgó un permiso para ausentarse del país hasta el 25 de diciembre para visitar a su familia, autoexiliada desde el día que decidió confesar. El viaje (el destino no se conoce) será bajo custodía de la Policía Federal, se confirmó.
En la extensa jornada de hoy, Pontaquarto tuvo tiempo también para contestar a las declaraciones del ministro del Interior Aníbal Fernández. Aseguró que le cayeron “muy mal”. Esta semana, el ministro político aseguró que más allá de su repentina actitud colaborativa, el “arrepentido” era “un chorro”.
“Yo no soy ningun chorro, me estoy autoincriminando en un delito que fue el de un cohecho, yo soy parte llevando el dinero. No dije vi pasar una valija y esa persona la llevo, dije: yo, Mario Pontaquarto me incriminé en este delito y voy a tener la misma pena, pero yo chorro no soy”, remarcó.