La Justicia aceptó el planteo de una empleada que se consideró despedida a raíz de las presiones de un ex empleador. Para los jueces las situaciones que atravesó la trabajadora le han ocasionado un perjuicio que excede la habitual indemnización tarifada por despido.
Una empleada desvinculada de la firma Quickfood, tuvo que renunciar a otro empleo, que había conseguido a través de la consultora Adecco, porque sus anteriores empleadores tomaron contacto con esta empresa para hacerle saber que “si no despedían a la actora, le quitarían a Adecco el plantel de merchandising con el que trabajaba Paty”.
Ante esta situación la trabajadora se vio moralmente inducida a renunciar con el fin de no perjudicar a otros trabajadores y a su propia trayectoria. “Las presiones que tuvo que soportar la llevaron a padecer problemas de salud y dificultades para conseguir un nuevo empleo”.
Para los jueces, todas las situaciones por las que atravesó la actora constituyen presupuestos fácticos que razonablemente le han ocasionado un perjuicio que va más allá de lo que se resarce con las tarifas indemnizatorias derivadas del despido.
La Sala V de la Cámara Laboral integrada por Oscar Zas y María C. García Margalejo agregó la suma de $ 5.000 adicionales en concepto de daño moral, a la condena de primera instancia, fijando el monto total a pagar a la trabajadora en $ 34.798 más intereses y costas.
Así, en los autos caratulados D. Paola Andrea C/ Quickfood SA S/ Despido la Justicia otorgó una indemnización por encima de lo tarifado por la Ley de Contrato de Trabajo para los casos de despido sin causa.