El tribunal, con sede en Tanzania, condenó a Kalimanzira por genocidio y complicidad para cometer genocidio. Para el juez encargado de emitir el veredicto, Dennis Byron, el imputado contribuyó con el genocidio en tanto proveyó de armas a la milicia hutu extremista, que junto con el Ejercitó y parte de la población civil, fueron los autores materiales del genocidio ocurrido entre abril y julio de 1994.
Cabe remarcarse que la sentencia contempló atenuantes para el imputado. A consideración del tribunal “no mató personalmente a nadie y sólo permaneció brevemente en los lugares donde se cometieron los asesinatos”.
El ex ministro fue acusado de prometer comida, albergue y protección a miles de civiles tutsi. En lugar de ello, los atrajo hacia la colina Kabuye, en Ndora, donde los esperaba la milicia para masacrarlos. Los jueces valoraron que el ex ministro del interior ruandés se haya entregado en 2005 voluntariamente ante el tribunal.
En el juicio iniciado en el 2008, el mismo tribunal condenó la negativa del ex ministro a desarmar a las milicias hutus en los últimos días del genocidio. “El acusado incitó a la multitud a seguir asesinando a sus vecinos tutsis” considerando que abusó de la confianza publica contribuyendo a la matanza.
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TIPR) fue creado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en noviembre de 1994 con el objetivo de investigar y juzgar los principales responsables del genocidio de Ruanda. Ya se han emitido juicios en 38 casos, de los cuales treinta y dos fueron declarados culpables y seis absueltos. Para fines de este año el tribunal debería culminar con la sentencia, no obstante se ha pedido prórroga para poder completar todas las causas.
Por otra parte, vale la pena mencionar que el Tribunal Penal Internacional anunció el nombramiento del argentino Juan Méndez, como asesor especial para la prevención de crímenes. El argentino deberá maximizar el impacto del trabajo de la CPI en la lucha contra crímenes de guerra y contra la humanidad.
En otra oportunidad Méndez ocupó un cargo como asesor del secretario general de la ONU para la Prevención del Genocidio hasta 2007. Ha tenido una ilustre carrera en la protección derechos humanos y ha sido catedrático en diversas universidades estadounidenses.