El director ejecutivo de Open AI, la empresa detrás del famoso ChatGPT, Sam Altman lidera un nuevo proyecto que también ha dado que hablar, una nueva aplicación llamada Worldcoin que según su página web pretende establecer un acceso universal a la economía mundial con independencia del país o la procedencia.
Según el “White paper” la empresa se fundó con la misión de crear una red financiera y de identidad global, donde las personas puede registrarse a través de una “prueba de personalidad”, donde cada persona acredita ser una persona humana única y real, diferente de toda otra y que se distingue de una inteligencia artificial, un tema que en esta época a dado grandes inconvenientes con el uso de los bots y de la IA para crear deepfake.
La empresa ya opera en 34 países entre ellos Argentina y recientemente se ha visto en ciudades como Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, entre otros lugares largas filas de personas esperando para registrarse en la aplicación.
El proceso de registración requiere realizar esta prueba de personalidad mediante el escaneo del iris del usuario y otros datos, y a cambio la plataforma regala 25 Worldcoins (la criptomoneda de la compañía) cuyo valor de mercado al momento de redactar esta nota es de U$S 1.877724 por cada token, pero fluctúa como toda cripto, cuyo valor puede visualizarse a través de distintas plataformas.
La denuncia fue receptada por el organismo argentino que abrió una investigación requiriendo a la empresa que brinde determinada información según el requerimiento que se adjunta a esta nota, como por ejemplo… que indiquen las categorías de datos personales que se procesan y para que fines, que describan como se garantiza el cumplimiento de la ley de protección de datos personales, si se llevaron adelante evaluaciones de impacto y de gestión de riesgos…
Para realizar esa prueba de personalidad, la empresa cuenta con sus propios lectores biométricos llamados ORB (orbes) diseñados para constatar datos biométricos “manteniendo la privacidad mediante pruebas de conocimiento cero” según defiende la compañía, ya que solo servirían para probar la individualidad del sujeto y no para identificarlo, sin embargo este tema es el que precisamente ha generado revuelo esta semana, (aunque ya algunos autores alertaban del problema), cuando se presentó una denuncia ante la AAIP (Agencia de Acceso a la Información Pública) a los fines de que se investigue a la compañía por la posible violación de la ley de protección de datos personales en el país.
La denuncia presentada por el abogado Daniel Monastersky fue receptada por el organismo argentino, que abrió una investigación requiriendo a la empresa que brinde determinada información según el requerimiento que se adjunta a esta nota, como por ejemplo que realicen una descripción general y breve del funcionamiento de Worldcoin y sus orbes utilizados para el escaneo facial.
Además exigió que designen a una persona que sea punto de contacto con la fundación detrás de la app, que indiquen los datos de contacto de su delegado de protección de datos personales en caso de tenerlo, que indiquen las categorías de datos personales que se procesan y para que fines, que describan como se garantiza el cumplimiento de la ley de protección de datos personales, si se llevaron adelante evaluaciones de impacto y de gestión de riesgos.
También hace peticiones en torno a la legalidad del tratamiento de datos, el consentimiento de los usuarios, el tratamiento automatizado de datos, la elaboración de perfiles, la transferencia de datos a terceros países u organizaciones internacionales, si ceden los datos personales a terceros, entre otros datos, así como también que remitan los acuerdos celebrados con entidades locales que hayan facilitado sus instalaciones físicas para el emplazamiento de las orbes y la recolección de los datos biométricos.
La solicitud lleva la firma de la Directora de la AAIP, Beatriz de Anchorena y se esperan novedades en breve atento a lo problemático que resulta la recolección indiscriminada de información a cambio de unos pocos tokens, que aparece justamente en un contexto económico difícil para el país, dando paso a que muchos usuarios atraídos por esa recompensa pudieran ceder sus datos sin un conocimiento certero de su destino.