El Parlamento Europeo adoptó el mandato de negociación para avanzar hacia la sanción de la ley de Restauración de la Naturaleza, una normativa que prevé realizar acciones inmediatas para recuperar los ecosistemas degradados en todos los países de la Unión Europea.
Según explican el problema que se planteó es la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los ecosistemas en forma alarmante que en el largo plazo podrían tener efectos negativos en muchos aspectos para esos países, siendo insuficiente las normativas actuales en la materia.
Por ello se planteó la recuperación de la biodiversidad para 2030 y la restauración de los ecosistemas para 2050 a través de la fijación de documentos legales vinculantes para los estados miembros que obliguen a tomar acción a través de planes nacionales de restauración bajo control de la comisión, en un trabajo coordinado y coherente.
Se planteó la recuperación de la biodiversidad para 2030 y la restauración de los ecosistemas para 2050 a través de la fijación de documentos legales vinculantes para los estados miembros que obliguen a tomar acción a través de planes nacionales de restauración bajo control de la comisión, en un trabajo coordinado y coherente.
Así el proyecto original presentado en 2022 planteaba cuatro opciones de distinta magnitud para hacer frente al problema con mayor o menor agresividad en su aplicación, de la cual se optó por la opción cuarta que fijaba un objetivo general para impulsar el progreso global pero respaldado por objetivos jurídicamente vinculantes específicos para cada ecosistema.
Si bien se calcula que esta ley generará mayores beneficios económicos que las prácticas actuales a razón de entre 8 y 38 euros por cada euro invertido, la misma es resistida por varios grupos a quienes afectará en la fase de transición hacia practicas más sostenibles.
Si bien se calcula que esta ley generará mayores beneficios económicos que las prácticas actuales a razón de entre 8 y 38 euros por cada euro invertido, la misma es resistida por varios grupos a quienes afectará en la fase de transición hacia practicas más sostenibles.
El parlamento aprobó su posición con 336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones, y buscará cumplir con el marco mundial de biodiversidad de Kunming-Montreal de la ONU restaurando al menos el 20% de todas las áreas terrestres y marítimas de la UE.
Entre las prácticas que se prevén se establece la renaturalización, la replantación de árboles, la ecologización de las ciudades e infraestructuras y la eliminación de la contaminación, sin que ello signifique crear nuevas áreas naturales o zonas protegidas, sino trabajar sobre todo el territorio ya que “la restauración no excluye la actividad económica” según aclararon, sino que busca “vivir y producir en armonía con la naturaleza”.
Entre los objetivos jurídicamente vinculares se busca reducir en un 50% la utilización y el riesgo de los plaguicidas químicos y el uso de los plaguicidas más peligrosos para 2030, y la prohibición de los mismos en “zonas sensibles” como zonas verdes urbanas, buscando normativas de control de plagas respetuosas del medio ambiente específicas por cultivos favoreciendo los métodos ecológicos alternativos de prevención y control de plagas.
Entre los objetivos concretos propuestos se incluye la reversión de la disminución de las poblaciones de polinizadores para 2030 y el aumento de su población desde ese año en adelante, que no hayan pérdidas netas de espacios verdes urbanos de aquí a 2030, produciendo un aumento de estos en un 5% para 2050, con cobertura mínima de arboles del 10% en todas las ciudades grandes, pequeñas o suburbios, incrementando los espacios verdes integrados en los edificios e infraestructuras.
En los ecosistemas agrícolas se busca un aumento de la biodiversidad (mariposas de pradera, aves de medios agrarios) así como el carbono orgánico en los suelos minerales de las tierras cultivadas, la restauración y rehumidificación de las turberas drenadas en terrenos de uso agrícola y en los lugares de extracción de turba.
En los sistemas forestales se busca aumentar la biodiversidad, generar conectividad forestal, aumentar el porcentaje de bosques de poblaciones no coetáneas, las aves forestales y las reservas de carbono orgánico.
También se busca restaurar los hábitats marinos y eliminar las barreras fluviales para que al menos 25000 km de ríos pasen a ser ríos de caudal libre para 2030.
Entre los objetivos jurídicamente vinculares se busca reducir en un 50% la utilización y el riesgo de los plaguicidas químicos y el uso de los plaguicidas más peligrosos para 2030, y la prohibición de los mismos en “zonas sensibles” como zonas verdes urbanas, buscando normativas de control de plagas respetuosas del medio ambiente específicas por cultivos favoreciendo los métodos ecológicos alternativos de prevención y control de plagas.
La normativa prevé compensar a los agricultores por los costes durante un período de transición de 5 años, entre otras medidas.