Actualmente, la Provincia aloja a los presos en dos alcaldías y comisarías que son custodiadas por la Policía. Sí tiene una cárcel federal, la Unidad Nº 6. “El gobierno de la provincia está abocado a la construcción de dos prisiones, una en Comodoro Rivadavia y otra en Trelew. Todavía no hay principio de obra pero nos han permitido intervenir en los planos. Ya que van a hacer una inversión importante como la construcción de cárceles tenemos esta posibilidad de nacer con un servicio penitenciario nuevo”, dijo Barone.
Uno de los objetivos en la instauración del servicio penitenciario es la firma de un convenio con el Centro Internacional para Estudios Penitenciarios (ICPS sus siglas en inglés) del King´s Collage de Londres, Inglaterra, para que financie el entrenamiento de los futuros agentes penitenciarios de la provincia. “Tener un programa de entrenamiento a largo plazo tiene costos elevados, ellos tienen la posibilidad de hacerlo y creo que vamos bien encaminados”, señaló Barone.
La semana pasada dos expertos del ICPS, Rob Allen y James Haines, estuvieron en la provincia participando de un seminario que organizó el Ministerio Público de la Defensa sobre “Las Perspectivas de la Reforma Penitenciaria en Chubut”. Los extranjeros disertaron sobre “Mecanismos de monitoreo de condiciones de detención La experiencia del Reino Unido”.
Para Barone la actual situación de los lugares de detención de la provincia es muy mala. “A nuestro criterio no cumplen con los requisitos mínimos de las reglas de Naciones Unidas para el tratamiento de personas detenidas y esto es básico porque sino cumplimos con estos requisitos mínimos tampoco cumplimos con la ley 24.660 de ejecución penal”, sostiene el Defensor General.
“En nuestros lugares de detención no tenemos facilidades como para que se cumplan las tareas que le encarga la ley de ejecución penal a las personas que deben trabajar en la resocialización de condenados”, agrega.
Puntualmente Barone señala que “en las mayorías de los casos no existen aulas, las personas que están detenidas en comisarías difícilmente tengan una hora de recreo al aire libre. Cantidades de imposibilidades que las determinan los propios edificios”.
Por eso observa que “el grave problema de nuestros lugares de detención no es la superpoblación sino el estado de obsolescencia”.